Talión de Sylvain Ferret
- El Deivid
- 8 abr
- 3 Min. de lectura
Actualizado: 11 abr

Edición original: Paquet
España: Yermo Ediciones
Formato: Integral
200 páginas
Precio: 40€
Contiene Talion 1. Opus I - Racines, 2. Opus II - Veines y 3. Opus III
Hay cómics que invitan a la relectura. Hay otros que hacen de esta relectura algo prácticamente obligado. Y es que no es fácil dejarse llevar por tramas complejas, acaso desdibujadas, escenarios recargados y personajes a los que les cuesta darse a conocer. Quizás este sea el principal problema de Talión. Una obra en la que destaca su diseño, el acabado de su dibujo y el color, pero que cojea en su planteamiento narrativo, tanto gráfico como literario.
Tras un inicio un tanto árido y denso, en el que se nos arroja mucha información, vamos desgranando página a página hacia dónde quiere llevarnos el autor. Un inicio lento, en el que el peso de las tramas recae sobre personajes secundarios en los que parece que las acciones no conectan con la historia que se quiere plantear. Según avanzamos a través de sus viñetas, los textos se alivian paulatinamente hasta llegar a un equilibrio que echamos en falta en su primer acto. La acción se desenvuelve con mejor resultado, aunque tenemos la impresión de asistir a ciertas escenas inconexas, estampas de un mundo que esconde mucho más de lo sugerido. Escenas que más adelante cobran cierto sentido a través del viaje tanto físico como personal de los protagonistas.
Es cierto que tanto el mundo que nos propone el autor, como los temas sobre los que reflexiona consiguen reverberar en nuestra mente. Ideas que hemos visto con anterioridad en otras historias de ciencia ficción, pero al fin y al cabo ideas interesantes. Distopía ecologista. Choque de clases. La ciudad como reflejo de una sociedad de castas. Todo ello llevado a cabo a través de un magnífico trabajo de ambientación y diseño. A través de unos escenarios muy bien escogidos con un acabado virtuosista y plagado de detalles, la historia transcurre con un ritmo irregular. Nos encontramos con un arte que pretende ser algo más de lo que termina siendo. Composiciones de viñeta interesantes, pero que en conjunto no acaban de funcionar en cuanto a lo narrativo. Composiciones brillantes que se pierden entre una miríada de detalles, de tubos, luces, cables y formas que imaginan un futuro cyberpunk.
La ambientación y el tono de los escenarios propuestos saben trasladarnos allá donde el autor nos quiere llevar. Incluso mejor que las propias tramas. Sería fácil perderse en la complejidad que se intenta proponer y en el dibujo detallado al milímetro y el buen uso del color, si no fuera por la falta de solidez de la historia.
En el interior de Talión nos encontramos con personajes con poco carisma y una serie de giros alrededor de ellos algo bruscos, poco trabajados más allá de la sorpresa. Personajes no del todo definidos que vamos descubriendo lentamente y que tampoco consiguen hacernos empatizar. Unos héroes que pertenecen a la propia casta oligarca causante del desastre ecológico que ha enfermado el mundo y sus ciudades. Héroes nacidos del privilegio que son conscientes de su posición mesiánica y dispuestos al mayor de los sacrificios. ¿Cliché?
Vamos a ver referencias a la ciencia ficción clásica. Quizás la más obvia venga de sus similitudes con la saga de Dune de Herbert. También se aprecia cierta cercanía a otras obras coetáneas que comparten género y mercado, como el Frontier de Singelin o el Shangri-La de Bablet, obras también plagadas de detalles, pero con un resultado narrativo superior.
Más allá de la falta de ritmo, que se corrige según avanzan las páginas, más allá de estos personajes planos e inexpresivos, arquetípicos en el mejor de los casos, el mayor problema de Talión es la sensación que nos deja de falta de cohesión narrativa. El viaje existe, está ahí, pero las partes que componen toda la historia no parece que estén entrelazadas. Los cambios de escenario son bruscos. Los giros carecen de raíces. Se nota que el autor ha intentado construir un mundo rico y complejo, pero la sensación que nos queda el final es la de haber leído una historia superficial.
Es admirable, eso sí, cómo la corrección del ritmo narrativo, pesado y denso en su primera parte, mejora mucho al transcurrir las páginas y consigue crear cierto interés, haciendo de su lectura algo agradable a pesar de sus errores. A pesar de sus fallos, Talión termina por ser una obra entretenida, evocadora y que explora una serie de temas de importancia crítica.
En todo caso, que un cómic invite a su relectura es todo un acierto por parte de sus autores, que dicha relectura se haga necesaria sólo evidencia que sus mecanismos internos no terminan de funcionar bien del todo.


Comentarios