Dazzler o la metáfora LGTBIAQ+
- El Deivid
- 24 abr
- 3 Min. de lectura

La causa mutante ha sido, desde su origen, una gran metáfora. Eran los años 60 y ya entonces Kirby y Lee tenían claro que querían reflejar las luchas raciales desde este grupo de inadaptados. Mucho más explícita fue toda la etapa de Chris Claremont, dándole todavía más peso a dicha metáfora e incluso ampliándola. La Patrulla-X de los años 80 es claramente un canto en favor de la diversidad.
Una tradición que se ha mantenido en mayor o menor medida, hasta que llegó la Era de Krakoa. Un momento editorial en el que la explosión mutante ideada por Jonathan Hickman adquirió un cariz abiertamente reivindicativo a favor del colectivo LGTBIQA+. Una etapa en la que los héroes más extraños de todos se afiliaban abiertamente dentro del territorio más queer.
Con la llegada de “Desde las Cenizas” las cosas han vuelto a tomar un color más clásico dentro de las series mutantes. La metáfora sigue ahí, por supuesto, pero de forma más velada (o no tanto) en algunos casos. La excepción es el tercer volumen de Dazzler. Una miniserie de 4 números que publica Panini Comics en un tomito recopilatorio.
Dazzler es un personaje que no gusta a todo el mundo del mismo modo. A mí no siempre me entró bien. Nació como una estrella del pop que, sin renegar de su estatus mutante, no quería tener mucho que ver con la Patrulla-X. Hasta que llegaron los finales de los años 80 y Claremont decidió incluirla en el equipo principal, junto a Longshot y Mariposa Mental. Aquí fue cuando Alison Blaire se ganó un hueco en mi corazoncito. Aprendió a usar su poder de forma bastante más creativa y el triángulo formado por Pícara, Longshot y ella era de lo más divertido. Claremont supo dotarle de cierta personalidad, y desde entonces, mi visión sobre este personaje cambió radicalmente.
En esta nueva miniserie enmarcada ya dentro de la actualidad mutante, se nos cuenta una historia en la que Dazzler es la absoluta protagonista. Su pasión por la música, su banda, sus conciertos, todo está reflejado a la perfección. Y su posición como mutante. Como mutante famosa, expuesta al público general. Como mutante orgullosa de serlo. Desde los sectores más reaccionarios de la sociedad intentarán tacharla de fundamentalista. De ir en contra de la raza humana. De segregacionista. Nada más lejos de la verdad. Dazzler se siente orgullosa de ser mutante, pero sigue fielmente el sueño que acaso tuvo alguna vez su mentor Charles Xavier: la convivencia pacífica entre homo sapiens y homo superior.
A lo largo de estos cuatro números vamos a ver la lucha de Dazzler y de su banda por sobrevivir a una gira mundial. Se les aconseja no parecer demasiado mutantes. No usar su poder de forma demasiado descarada. No brillar. Pero Dazzler se niega a ello y tendrá que pagar las consecuencias.
En este caso, la metáfora LGTBIQA+ se torna en el tema central de esta miniserie, guionizada por Jason Loo y dibujada, en su mayoría, por Rafael Loureiro. Un tema que reivindica no sólo la existencia de lo diferente, sino el orgullo de serlo. Un tema desgraciadamente de rabiosa actualidad. Cuando creíamos que se estaba avanzando en este sentido, noticias como las llegadas desde el Reino Unido nos lanzan un jarro de agua fría a la cara.
La reivindicación del orgullo de la diferencia, de la disidencia identitaria, es más importante ahora que nunca. Frente a los muros que construye la reacción, una de las mejores formas de derribo es este tipo de metáfora. Metáfora dentro del mainstream del cómic. En un cómic de superhéroes. En un cómic de mutantes. Somos mutantes y estamos orgullosos de serlo. Somos queer y estamos orgullosos de serlo. No necesitamos que la sociedad nos tolere, necesitamos que se nos deje existir, que se nos deje pronunciarnos, que se nos deje estar orgullosos de lo que somos, de nuestra disidencia. Y este cómic es un soplo de aire fresco de lo más necesario. Un cómic con una Dazzler espectacular que da voz a quien más lo necesita. Y es que la causa mutante, ha sido, desde su origen, una gran metáfora.
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