Ya está aquí el Universo Absolute
- El Deivid
- 12 abr
- 4 Min. de lectura

“Mundos vivirán, mundos morirán y el Universo DC nunca volverá a ser el mismo.” Todo cambia, todo muta. Mientras que en Marvel Comics la apuesta ha sido la continuidad, en DC cada cierto tiempo hay cambios más o menos radicales y reestructuraciones de las líneas editoriales. Este es el caso de la nueva línea “All In” y sobre todo del Universo Absolute. Dos escenarios que nacen tras lo sucedido tanto en el evento “Absolute Power” como en el one-shot “DC All In Special”. No vamos a contaros lo que sucede en estos tebeos, no queremos arruinaros la experiencia lectora, pero sí que explican, sobre todo el segundo, el por qué de este nuevo universo Absolute.
Un invento, este nuevo universo, que tiene sus paralelismos con el Universo Ultimate de Marvel. Más oscuro, aunque quizás no tan realista como su contrapartida marvelita. Un universo en el que vamos a poder ver a nuestros héroes y heroínas de siempre, pero a los que se les ha dado una buena vuelta de tuerca. Un nuevo universo en el que vamos a ver cómo cambian los orígenes de los personajes. Aunque sus motivaciones sean similares, sus trasfondos no podrían ser más opuestos en algunos casos.
Por el momento han aterrizado ya tres series. Como no podría ser de otra manera, es la Trinidad la que abre la veda: Superman, Batman y Wonder Woman. Tres series que me han sorprendido mucho. De hecho, hacía tiempo que una serie de superhéroes no me sorprendía tanto. Los planteamientos de estas tres series son novedosos, frescos, cada una con su tono y sus escenarios, pero sobre todo revolucionan hasta cierto punto lo que sabíamos hasta ahora de estos tres iconos del cómic.

De Absolute Superman se encargan Jason Aaron al guion, Rafa Sandoval al dibujo y Ulises Arreola al color. En un primer número totalmente espectacular, los autores nos presentan a un Kal-El criado en Krypton, un Krypton que también arroja ciertas diferencias frente al original. Un Krypton en el que tanto Jor-El como Lara Lor-Van no son parte de la élite científica que gobierna el planeta, sino que son parte de la clase productora, de la clase trabajadora. Quizás la mayor diferencia sea el enfoque del propio Superman en la tierra. Más alienígena, menos humano. Un personaje que retoma sus primeros orígenes y nos recuerda también a la etapa de Morrison a su cargo: un Superman cuyo mayor antagonista es una gran corporación multinacional. También sorprende el giro que le han dado al personaje de Lois Lane.

No soy especialmente fan de Batman. De hecho, he comprado con ciertas reticencias este primer número de Absolute Batman con guion de Scott Snyder, dibujo de Nick Dragotta y color de Frank Martin. No sabía muy bien qué me iba a encontrar dentro de este tebeo y lo que he encontrado me ha gustado. En este caso también cambiamos el origen del personaje. Ya no es millonario. Su madre sigue viva y su padre no ha sido asesinado por un criminal durante un robo, sino que ha sido víctima de un tiroteo en un espacio abierto. Sus mayores enemigos son ahora sus amigos de la infancia. Y Alfred, en lugar de ser su mayordomo se ha dedicado al espionaje y vigilará muy de cerca sus movimientos. ¿Bruce Wayne héroe de la clase trabajadora? En una Gotham no mucho más oscura de lo habitual, pero poblada una banda criminal que asola las calles, Batman sigue siendo Batman sin perder un ápice de su esencia. Sin millones, sin mansión, sin recursos, pero con el mismo ingenio y las mismas capacidades de siempre. Veremos por dónde nos llevan sus autores, pero de momento la cosa pinta bien.

En cambio, con Wonder Woman no he tenido ninguna duda desde que fue anunciada en Estados Unidos. Que viniera rubricada por los guiones de Kelly Thompson (con Hayden Sherman al dibujo y Jordie Bellaire al color) era más que suficiente para hacerme con ella. Y sin duda es la que más me ha gustado de las tres. En este caso también un cambio de origen, un gran cambio de paradigma. Sí, Diana sigue siendo una hija de Temiscira, pero criada y educada por Circe en el Infierno. ¿Te parece poco? Premisa fascinante y un desarrollo, al menos de este primer número, a la altura de dicha premisa. Nos encontramos en este caso a una Diana distinta, acaso radicalizada por su paso por el Infierno, pero igualmente protectora de la Tierra y movida por el amor. Una Tierra asolada por los demonios. La forma en la que Thompson parece que va a acercarse a los mitos griegos es, por el momento, todo un acierto. Ah, y el trabajo de Jordie Bellaire al color es espectacular.
Lo que en un primer momento podría parecer un mero movimiento comercial (que lo es) nos ofrece unas propuestas frescas que, quizás no vengan a revolucionar el mundo del cómic, pero que funcionan muy bien, sorprenden y entretienen. Es notorio el cambio de rumbo que está dando DC desde la marcha de Dan Didio. Cambio que se traduce en una posible comida total de la tostada a la competencia. Si bien el nuevo Universo Ultimate está teniendo muy buena acogida y críticas (sobre todo Ultimate Spider-Man y Ultimate X-Men) este Universo Absolute tiene algo fresco y novedoso que traza el camino del cambio, desde hace ya algo de tiempo, de la Distinguida Competencia. Parece que en este caso es más cierto que nunca eso de: “Mundos morirán, mundos vivirán y el Universo DC nunca volverá a ser el mismo”.




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